lunes, 6 de junio de 2011

Beatificación de Juan de Palafox: un acontecimiento histórico




El día 5 de junio de 2011 tuvo lugar en la catedral la solemne ceremonia de beatificación de Juan de Palafox y Mendoza.

Hay expresiones y valoraciones que, a fuer de un uso recurrente e hiperbólico, quedan devaluadas y relativizadas. Una de esas expresiones (como “marco incomparable”, “el partido del siglo”, “paisaje dantesco”, “la boda del año” y otras de ese jaez) es “acontecimiento histórico”. El abuso en su utilización lleva consigo que, cuando de verdad asistimos a algo que así pudiere ser calificado, corramos el riesgo de no darle la notoriedad que realmente tiene.
La beatificación de Palafox, no cabe duda, es un acontecimiento que puede ser considerado histórico. Y cuanto más estrechamos el ámbito espacial que está implicado y afectado por este acontecimiento, más histórico y trascendente se nos presenta. Significativo es para la Iglesia universal poder contar con un beato más; relevante es para el mundo hispano (no sólo español) tener un beato entre lo más granado de sus hijos; histórico es para la diócesis de Osma y para la villa de El Burgo acoger por primera vez una ceremonia de beatificación y poder desde ahora tener, para siempre, en los altares a quien fuera no solamente referencia espiritual y obispo sino también, por su prelatura oxomense, señor temporal de la villa, en la que vivió y murió para encontrarse eternamente con su Amor crucificado, y en la que, conforme a su voluntad testamentaria, está sepultado.
Juan de Palafox y Mendoza se une así al único obispo de Osma que goza de tal honor: San Pedro de Osma, restaurador de la diócesis tras la ocupación agarena y fundador de la villa de El Burgo. ¡Qué sugestiva es, a este respecto, la pintura al óleo sobre tela de la catedral de Puebla, obra de José de Ibarra realizada en 1732, que representa la Adoración del Santísimo Sacramento y en la que aparece la efigie de Palafox poniendo cara al propio San Pedro de Osma!

La trascendencia histórica de la figura de Palafox para El Burgo de Osma va más allá, o, si se quiere, viene más acá, de un asunto estrictamente religioso. De tejas para abajo, su figura ha sido determinante para nuestra villa, no tanto en vida como después de su fallecimiento. Palafox, al contrario de lo que sucedió en su etapa poblana, no dejó en El Burgo grandes obras, ni magnas fundaciones, ni decisiones de un calado como las que tomó en América. Pero se nos dejó él mismo. En nuestra catedral quiso ser sepultado. En la segunda mitad del siglo XVIII, la beatificación del venerable obispo parecía inminente. Con este motivo, el rey Carlos III consideraba imprescindible erigir una capilla en su honor y ningún lugar era más adecuado que El Burgo, donde reposan sus restos. Pero no llegó entonces la ansiada beatificación, lo cual no fue óbice para que El Burgo de Osma fuera objeto de especial interés durante estos años. En su embellecimiento se volcaron el rey, su confesor el burgense Joaquín de Eleta, el obispo Calderón y los más importantes arquitectos del momento, que dejaron muestra de su ingenio en esta pequeña capital diocesana, de tal forma que el espacio de tiempo que oscila entre 1768 y 1788 puede considerarse clave en el acontecer histórico de El Burgo de Osma: no sólo se acometieron las obras palafoxianas de la cabecera de la catedral sino que, debido a ellas, la villa contó con una ampliación urbana trascendental, con la nueva plaza Mayor como espacio más emblemático.
La ceremonia de beatificación de Palafox hará de El Burgo el centro del catolicismo durante esas dos horas. Cuarenta obispos, entre ellos cinco cardenales, más de doscientos presbíteros, religiosos cistercienses, carmelitas, franciscanos, dominicos, autoridades civiles, millares de devotos y centenares de curiosos vivirán in situ el momento. Millones serán los que vean en directo por televisión el acto y los que tengan noticias del mismo por los servicios informativos de las distintas televisiones, emisoras de radio y prensa escrita. Y a partir de ahora, habrá una razón más para visitar El Burgo de Osma.
Jesús Alonso Romero, doctor en Historia
(Publicado en Diario de Soria, 6 de junio de 2011).

lunes, 2 de agosto de 2010

SAN PEDRO DE OSMA


Hoy es el día de San Pedro de Osma, fundador de El Burgo de Osma en el año 1101 y restaurador de la diócesis de Osma, de la que es su patrono principal. El acto religioso central ha tenido lugar en la Catedral, con una
misa concelebrada y presidida por el obispo de Osma, Gerardo Melgar, al que ha acompañado el obispo de Segorbe-Castellón, el burgense Casimiro López Llorente, y buena parte del clero diocesano. Anteriormente, una procesión ha discurrido desde la Catedral hasta la plaza Mayor con ida y vuelta por la calle Mayor con la imagen más moderna que representa al santo. A estos actos ha asistido el alcalde Antonio Pardo al que han acompañado algunos miembros de la Corporación. San Pedro de Osma, además de fundador de El Burgo de Osma y restaurador de la diócesis tras el dominio musulmán, fue uno de los personajes más notables de la España de finales del siglo XI y principios del XII.
Poco antes de comenzar estos actos, a las 11:40 horas, una de las campanas de la Catedral que estaba volteando por la fiesta cayó a la plazuela de la torre sin causar daños personales, aunque sí materiales en la propia torre, en una casa cercana y en la propia campana que con el impacto se rompió en pedazos.

CONCORDIA DE LA VIRGEN DEL ESPINO


Ayer domingo, día 1 de agosto de 2010, tuvo lugar la concordia de la Virgen del Espino, con motivo de la próxima beatificación de Juan de Palafox y Mendoza. En la Catedral se celebró una misa presidida por el obispo y, a continuación, salió la procesión con las cruces y estandartes de las parroquias que forma la concordia y con las imágenes de la Virgen del Espino de El Burgo y de Barcebal. Siguiendo la tradición, cuando el Cabildo decide sacar en procesión a la Virgen del Espino, el alcalde de El Burgo despacha las veredas a los alcaldes de los pueblos de la concordia para que acudan el día fijado para el acto con las insignias, cruces y pendones de sus parroquias. Los pueblos que forman la concordia (alguno hoy despoblado) son: Valdegrulla, Aylagas, Bayubas de Arriba, Valdelinares, Velasco, Quintanilla de Tres Barrios, Escobosa de Calatañazor, Barcebal, Lodares de Osma, Valdealbillo, Valdelubiel, Nafría de Ucero, Valdealvín, Pedraja de San Esteban, Valdeavellano de Ucero, La Olmeda, Fuentecantales, Valverde los Ajos, Sotos del Burgo, Santiuste, Boós, Barcebalejo, Valdenarros, Torralba del Burgo, Valdenebro, Valdemaluque, Rejas de Ucero, Quintanas de Gormaz, Berzosa, Alcubilla del Marqués, Gormaz, Ucero, Osma y El Burgo.